Un nuevo espacio dedicado a la profundización del ser, pues sólo tomando conciencia de lo que somos, de lo que nos rodea, de lo que nos afecta, nos motiva e interesa, es como podemos desarrollarnos y emprender el camino que nos conduzca a la realización personal.

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viernes, 6 de febrero de 2015

Cartas y Psicología

Hace ya catorce años (¡cómo pasa el tiempo!) inicié un camino que me llevaría entre otras muchísimas cosas al conocimiento del  Tarot. Es verdad que previamente había hecho mis escarceos en este mundo, pero tan sólo de manera pasiva; buscando consejo y orientación en personas que parecían saber manejarlo y así poder aclarar mis dudas. Es verdad que encontré de todo, pero aquellas cartas diversas, en manos de diferentes personas, parecían tener una propia voz que me intrigó. Aún así, nunca se me ocurrió pensar que yo algún día experimentaría en primera persona ese mundo tan singular. Sin embargo, y a pesar de mi aparente falta de interés en aprender algo sobre Tarot, el caso es que un día las cartas irrumpieron con fuerza en mi vida, y tras algún momento de crisis en que las abandoné durante un cierto tiempo ante el respeto que me inspiraban, el caso es que casi de inmediato volví a darles un uso que cada vez me ha ido abriendo más y más interesantes vías. Y una de esas vías es la que aquí me gustaría abordar y que parece desconocerse bastante o incluso no dársele el debido valor que merece.

En el mundo de la psicología se utiliza muchas veces el recurso de la, llamémosle, asociación de ideas. Muchas veces, pueden detectarse variadas problemáticas a partir de lo que unas imágnes o unas palabras sugieren a la persona que pretende desentrañar aquello que tanto daño parece estarle haciendo.  Incluso se utilizan diversas cartas para generar estas asociaciones en los clientes, pues las cartas muestran diseños que pueden despertar asuntos escondidos en el llamado subconsciente.


A mí, que no soy psicóloga, me gusta además hacer un uso de las cartas para adentrarme en lo que la persona debe de saber, en lo que puede estar obrando en su contra o lo que podría potenciar para su propio desarrollo. Es decir, me gusta que las cartas, una vez extendidas sobre la mesa, hablen a la persona para ayudarla, para obtener de ellas el máximo potencial, y, sobre todo, para llevarlas a tomar conciencia de lo que viven o podrían vivir si tomaran conciencia

A veces, es verdad, cuesta mucho aceptar lo que "quienes hablan a tráves de las cartas" nos están sugiriendo, pero he ido aprendiendo a, pasado el posible enfado, volver a escuchar lo que me decían y  entonces es cuando me doy cuenta de que mi enfado estaba totalmente injustificado porque ni era tan atroz lo que me decían ni tan negativa su forma de decirlo, sino que más bien la negatividad estaba en mi manera de escucharlo.

Con las cartas se puede obtener una valoración y unos consejos que resultan muy apropiados para tenerlos en cuenta. No se trata de dejarse manipular por lo que nos puedan sugerir su presencia y diferentes combinaciones, sino de escuchar, valorar y meditar para, de forma totalmente libre y consciente, tomar cada uno las decisiones que estime más oportunas. A mí me gusta decir que esas consultas con las cartas son encuentros con consejeros con los que tenemos el privilegio de contar.

Es verdad que una cosa son las cartas y "quienes hablan a través de ellas", y otra muy distinta los traductores de las mismas; es decir, "los tarotistas", que puesto que somos meros seres humanos podemos no acertar o saber entender lo que las mismas nos están diciendo pero, aún aceptando los posibles errores de traducción, la inspiración que puede venir a través de este medio bien merece la pena. A mí, desde luego, siempre me la ha merecido.


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